Mysterie in Utrecht

viernes, 4 de julio de 2008

La Haya: vaya, vaya. Amsterdam: lo mismo da. Utrecht: qué cutre. Rotterdam: como Amsterdam.

No, nada, es que aquí con Pau ya en casa, empiezo a retomar mi yo más casero y auténtico: el de la tontuna sin más.

Sólo eso. El título estúpido.

Que estamos muy bien, buscándonos casa, y en general la vida en sí; que si no he escrito antes es porque me da pereza y he preferido o ir de cervezas o ver series. La verdad es que he tenido ideas bastantes veces, pero al final me da siempre el síndrome Los Planetas en Línea 1, no el cortavénico, aclaro, sino el "mejor mañana".

Bueno-venga-va, aprovecho el post para poner algo así de mi agrado: una teoría para explicar el carácter medio holandés desarrollada por Peter, el marido de la directora del Cervantes, un handyman canadiense, otrora productor musical y propietario de uno de los dos estudios de grabación más importantes de Barcelona (fue el que grabó La flaca de Jarabe del Malo, por ejemplo), un tío muy agradable y mundano; teoría, decía, que me parece pensada chachi y que bien podría ser de las mías...

Peter dice que este país le mola porque la gente siempre está como contenta -eso es algo que yo también digo mucho, que sonríen todo el rato- porque están acostumbrados a estar todo el año con una mierda de tiempo, teniendo en esa metereología su estado normal, así que cuando sale un rayo de sol se ponen como locos y la euforia se contagia por doquier. O sea, que aquí están siempre normales, y si cambian el ánimo es para excelente... Aaaaal contrario que en España, donde nuestra forma habitual de vivir es bajo buen tiempo casi todo el año, que de cambiar sólo empeora... Teniendo por lo normal ese agustito, nuestro estado habitual es el contento, así que cuando cambiamos es para reguleros o malfollaos.

Por eso es que pienso yo que quizá sea que somos más quejicas, que también lo dicen, y es verdad, pero también porque somos de tradición católica, tó pa fuera, ole, ole, y estos son protestantes, tó pa dentro, producir, optimizar. Somos como un niño mimado acostumbrado a tener todo lo bueno, que cuando se le quita, pataleta.

Me voy a cenar, que me falta azúcar en la puta cabeza.
Amor, etc,
ep

2 comentarios:

Vinué dijo...

¡Por fin actualizas! Que, por cierto, la teoría tiene su sentido. La verdad es que los tipos estos son amables, aunque Mr. Maxter dice que muy abiertos, pues tampoco.

edupinillos dijo...

Ya, es que soy una perra maldita.
Los tipos son amables y son contentos, abiertos algunos, correctos y educados, todos. También prácticos e hipertrabajodres, no porque curren mucho especialmente, sino porque cuando lo hacen, lo hacen, no como nosotros, más curiosos, digresivos, procastinantes y escaqueantes.

Así, en plan antropológico de todo acien...