Mysterie in Utrecht

domingo, 10 de febrero de 2008

10 días

Ya llevo diez días y al fin he puesto las cortinas. Es una chorrada, pero la habitación cambia por completo. Aunque entre los dibujines que me llevan, unas mariposas, y los cuatro pomelos que tengo puestos debajo para decorar, parece la habitación de Candy-Candy. De hecho las cortinas me las prestó Itziar y son de la habitación de cuando sus hijos eran bebés. A gusto.

Aunque tengo cama decente -del nivel de decencia de la habitación de Ana Frank-, mi cuello es un verdadero tronco, así que voy a tener que volver a entrenar para quitarme la oxidación. Ya estoy haciendo la búsqueda de grupo caspo-eiros aquí. A ver qué encuentro.

Mirad, una foto compuesta de mi habitación. Me había propuesto hacer un collage así, reluciente, pero me he cansado y lo he dejado a medias. -Si se pincha en las fotos se hacen grandes-

Quien quiera más imágenes, que me las pida y las hago ex profeso.

Le faltan las plantitas que a ver si compro. Entre la chimenea y la cama: un ficus. En la chimenea: bulbos. Y en la esquina tras la mesa: otro ficus o similar. Si tenéis ideas, pensáis que vuestro gusto es más refinado, u os pone el Ikebana, me decís.

Ayer hacía sol y me fui a Amsterdam. Me engañó el estereotipo de país nublado y no llevé las gafas de sol, así que las pase... El Barrio Rojo muy bonito, muy bien puesto, mucha clase. Fui al anochecer, y, aunque sabiendo lo que encontraría, lo cierto es que me removió ver a las... putas. Todo el mundo sabe cómo se muestran y tal, pero nunca las había visto, ni en foto, vídeo, etc -también porque no se las puede retratar, claro-, y aunque me lo habían explicado mil veces, me pilló desprevenido. Iba mirando la guía de viaje, levanté la vista para comprobar el nombre de la calle y ¡venga!, tómalo, tuyo es, mío no. Allí estaba la hetaria bañada de fucsia, con los dientes brillantes (para eso usaban la luz roja desde siempre, desde que Amsterdam es Amsterdam), con una sonrisa perenne, aguantada a penas, intentando que los hooligans se fijaran en ella. Un cromo. Paseé durante dos horas por el Wallen, repitiendo las calles, perdiéndome, observando a los turistas, a los ingleses groseros, los españoles fumadísimos y los franceses con narices hinchadas y mirada picada. Esterotipos, al fin, que se siguen repitiendo.

Por el día estuve recorriendo los canales, los nueve callejones, los museos (FanJoj... Van Gogh, la primera vez que lo oí no lo reocnocí...) alguna iglesia, y alguna okupa.

Éstas muy bonitas por fuera, muy cuidadas. La izquierda es vivienda y centro social, y aunque lleva más de diez años, y está intalgún problema ha habido con la poli, sobre todo por asuntos de drogas ilegales y yonkis trasnochados. Aún así, siguen funcionando tranquilamente.

La azul es sólo centro social. Ofrecen conciertos y otras actividades culturales, es más como nuestro Labo. Es la que más amenazas ha tenido de las autoridades.

Sin embargo, a pesar de estos encontronazos los problemas son mínimos. Toda Holanda se hace gala de la permisividad y apertura a lo diferente que han ido incluyendo en su forma de ser nacional. Un extraño binomio, el calvinismo y el libertinaje.

Los graffitis se los curran:

Y luego están los Coffeeshops. No entré en ninguno, pero sí en una tienda de hongos en la que te reciben con esto:

Y además de proveerte la toxina, también te da el antídoto de pre-resaca. De alguno que otro me acordé viendo estas capsulitas:


Total, que bien. Entre la novedad de visitar una ciudad desconocida, que es una leyenda en sí misma, y un café sucio -así llaman aquí a nuestro café con leche- con un appeltaart increíble, al final fue un paseo agradable. Si los pisos no estuvieran tan caros, me mudaba de Utrecht a esta ciudad. Aunque, hay que decirlo, toda Amsterdam huele a fritanga.

El 29 de este mes volveré con Pau a ver el concierto de Caribou en el Melkweg, que promete ser fetén.

Ya me he cansado de escribir, esto de hacer un blog es un trabajo autoimpuesto y un poco absurdo, la verdad, las siguientes entradas serán más breves...

Ahora no sé si seguir viendo Extras o intentar pasarme la pantalla del juego de la PSP en que me he quedado estancado. Me cago en la Inteligencia Artificial y en los Helgast con lanzacohetes...

2 comentarios:

Vinué dijo...

Qué bueno el vídeo de Utrecht... Y tu cuarto está molón. Y yo también flipé con los lomazos de speed verbal, pero no veas si flipé... Eso sí, me dio vergüenza probarlo.

edupinillos dijo...

Sí, vergüenza...
Lo que te dió fue pena por no poder meterte más que el correspondiente de prueba...

Gañonías.