Como podéis comprobar me aburre bastante llevar un blog actualizado, así que de ahora en adelante simplemente entraré para poner una frase o dos, generalmente chorradas, de esas que aparecen de súbito (supino) o de súbito (y radio) en mi putacabeza, o que encuentre por ahí y le robe a otro.
Por ejemplo, ésta recogida en un comentario de Recién Oído:
"¿Por que no hay gitanos con gafas ni toreros con bigote?"
Pues oye, más razón que un santo.
Por lo demás, todo bien: tenemos casa nueva en todo el centro de Utrecht, o sea, "¿querías casa guay?, potoma", a la que hay gente que está invitada y hay gente que no. Los que lo están, a ver si venís de una santa vez, los que no, pues no vengáis. Será que aún no os conozco o algo, porque con lo majo que soy me extraña no haberos invitado. Tenéis diez meses por delante. No seáis perros.
Besos,
ep
miércoles, 12 de noviembre de 2008
viernes, 4 de julio de 2008
La Haya: vaya, vaya. Amsterdam: lo mismo da. Utrecht: qué cutre. Rotterdam: como Amsterdam.
No, nada, es que aquí con Pau ya en casa, empiezo a retomar mi yo más casero y auténtico: el de la tontuna sin más.
Sólo eso. El título estúpido.
Que estamos muy bien, buscándonos casa, y en general la vida en sí; que si no he escrito antes es porque me da pereza y he preferido o ir de cervezas o ver series. La verdad es que he tenido ideas bastantes veces, pero al final me da siempre el síndrome Los Planetas en Línea 1, no el cortavénico, aclaro, sino el "mejor mañana".
Bueno-venga-va, aprovecho el post para poner algo así de mi agrado: una teoría para explicar el carácter medio holandés desarrollada por Peter, el marido de la directora del Cervantes, un handyman canadiense, otrora productor musical y propietario de uno de los dos estudios de grabación más importantes de Barcelona (fue el que grabó La flaca de Jarabe del Malo, por ejemplo), un tío muy agradable y mundano; teoría, decía, que me parece pensada chachi y que bien podría ser de las mías...
Peter dice que este país le mola porque la gente siempre está como contenta -eso es algo que yo también digo mucho, que sonríen todo el rato- porque están acostumbrados a estar todo el año con una mierda de tiempo, teniendo en esa metereología su estado normal, así que cuando sale un rayo de sol se ponen como locos y la euforia se contagia por doquier. O sea, que aquí están siempre normales, y si cambian el ánimo es para excelente... Aaaaal contrario que en España, donde nuestra forma habitual de vivir es bajo buen tiempo casi todo el año, que de cambiar sólo empeora... Teniendo por lo normal ese agustito, nuestro estado habitual es el contento, así que cuando cambiamos es para reguleros o malfollaos.
Por eso es que pienso yo que quizá sea que somos más quejicas, que también lo dicen, y es verdad, pero también porque somos de tradición católica, tó pa fuera, ole, ole, y estos son protestantes, tó pa dentro, producir, optimizar. Somos como un niño mimado acostumbrado a tener todo lo bueno, que cuando se le quita, pataleta.
Me voy a cenar, que me falta azúcar en la puta cabeza.
Amor, etc,
ep
Sólo eso. El título estúpido.
Que estamos muy bien, buscándonos casa, y en general la vida en sí; que si no he escrito antes es porque me da pereza y he preferido o ir de cervezas o ver series. La verdad es que he tenido ideas bastantes veces, pero al final me da siempre el síndrome Los Planetas en Línea 1, no el cortavénico, aclaro, sino el "mejor mañana".
Bueno-venga-va, aprovecho el post para poner algo así de mi agrado: una teoría para explicar el carácter medio holandés desarrollada por Peter, el marido de la directora del Cervantes, un handyman canadiense, otrora productor musical y propietario de uno de los dos estudios de grabación más importantes de Barcelona (fue el que grabó La flaca de Jarabe del Malo, por ejemplo), un tío muy agradable y mundano; teoría, decía, que me parece pensada chachi y que bien podría ser de las mías...
Peter dice que este país le mola porque la gente siempre está como contenta -eso es algo que yo también digo mucho, que sonríen todo el rato- porque están acostumbrados a estar todo el año con una mierda de tiempo, teniendo en esa metereología su estado normal, así que cuando sale un rayo de sol se ponen como locos y la euforia se contagia por doquier. O sea, que aquí están siempre normales, y si cambian el ánimo es para excelente... Aaaaal contrario que en España, donde nuestra forma habitual de vivir es bajo buen tiempo casi todo el año, que de cambiar sólo empeora... Teniendo por lo normal ese agustito, nuestro estado habitual es el contento, así que cuando cambiamos es para reguleros o malfollaos.
Por eso es que pienso yo que quizá sea que somos más quejicas, que también lo dicen, y es verdad, pero también porque somos de tradición católica, tó pa fuera, ole, ole, y estos son protestantes, tó pa dentro, producir, optimizar. Somos como un niño mimado acostumbrado a tener todo lo bueno, que cuando se le quita, pataleta.
Me voy a cenar, que me falta azúcar en la puta cabeza.
Amor, etc,
ep
jueves, 21 de febrero de 2008
Itziar, te llamó el Sr. Rusat...
Algunos de los miembros de la comunidad española en Holanda son hijos de emigrantes, o emigrantes ellos mismos llegados a sus turgentes 18 años en busca de mayor oferta laboral que en el terruño del ajo y azafrán.
De la generación del 57 aproximadamente, el tiempo pasado fuera del regazo patrio les ha sumido a muchos en el sufrimiento de ver enjironarse su preciada competencia lingüística en el idioma de Covarrubias, en favor de aquél de bollo y molino.
Y es que una entrañable compañera cervantina de tales oficios, más paisbajera ya que flamenca (siendo salmoreja), hoy nos ha regalado una perla de aquellas, que no hace más que llenarme de honesta ternura... He aquí el mensaje:
Puede que en frío no haga tanta gracia, pero a mí me ha dejado la sonrisa puesta media mañana.
Por lo demás, proceso normal, los días pasan despacico y el curro va aumentando, si bien de cantidad, no así de interés...
El sábado pasado fui a mi primera fiesta con la gente del Conservatorio y de la escuela de BB.AA a la que pertenece. Concurrencia internacional, gente por doquier, y sólo cerveza. En general, bien, sobre todo tras pasar ese ratazo de estar plantado solo porque no conoces a nadie, sonriendo como tontaina y dándole sorbos a una cerveza. Y a otra. Y a otra. Ya después no hacía falta intentar socializar porque eso venía solo. Eso y los divertidos pastelitos que tanto gustan al Minué (lo siento, no tengo fotos de nada en esa noche...) Lo pasé bien, fue así, locuelo-juvenil. Las fiestas de este tipo, además de pasarlo a gusto, sirven para que a la gente le vayas sonando y nazcas para ellos. Ya incluso saludo a algunos por la straat de vez en cuando.
Me han dicho que este sábado hay más fiestas de estas. Me llevaré la cámara.
Y hablando de éstas, una curiosidad. En abriendo un libro de los que edita el Cervantes, me topé con el que parecía el eslabón perdido entre Javier Cámara y Gon Posada. Helo aquí:
Cuando lo vi me lo flipé pero para bien. El mismo porte, la misma parca, la misma barba, la misma presencia...
Juzguen.
Yyy, yo qué sé, nada más.
Bueno, igual voy a dejar un vídeo de un cine verdaderamente lo que es superguay que vi en Amsterdam, el Pathé Tuschinski, y que olvidé colgar. Lo bonico es el edificio, lo que da penica es cuando me enteré de que en él almacenaban a los judíos durante la ocupación nazi, que esperaban a que los pasasen a buscar en camiones para llevarles puerta a puerta.
Dos fotos:
Una mala de la web...
Se ve su imponente fachada, muy de H.R. Giger, Tim Burton, y ese rollito así emo, dark, épico, ay que me suicido pero qué haces gilipollas con la cuchillita los padrastros... claro si no llevaras tanta sombra que no te deja ver...
Una mejor que le he mangado a un tunante bloggero...
Aguanta qué modernismo...
Y ahora, lo que es el vídeo:
De la generación del 57 aproximadamente, el tiempo pasado fuera del regazo patrio les ha sumido a muchos en el sufrimiento de ver enjironarse su preciada competencia lingüística en el idioma de Covarrubias, en favor de aquél de bollo y molino.
Y es que una entrañable compañera cervantina de tales oficios, más paisbajera ya que flamenca (siendo salmoreja), hoy nos ha regalado una perla de aquellas, que no hace más que llenarme de honesta ternura... He aquí el mensaje:
Puede que en frío no haga tanta gracia, pero a mí me ha dejado la sonrisa puesta media mañana.
Por lo demás, proceso normal, los días pasan despacico y el curro va aumentando, si bien de cantidad, no así de interés...
El sábado pasado fui a mi primera fiesta con la gente del Conservatorio y de la escuela de BB.AA a la que pertenece. Concurrencia internacional, gente por doquier, y sólo cerveza. En general, bien, sobre todo tras pasar ese ratazo de estar plantado solo porque no conoces a nadie, sonriendo como tontaina y dándole sorbos a una cerveza. Y a otra. Y a otra. Ya después no hacía falta intentar socializar porque eso venía solo. Eso y los divertidos pastelitos que tanto gustan al Minué (lo siento, no tengo fotos de nada en esa noche...) Lo pasé bien, fue así, locuelo-juvenil. Las fiestas de este tipo, además de pasarlo a gusto, sirven para que a la gente le vayas sonando y nazcas para ellos. Ya incluso saludo a algunos por la straat de vez en cuando.
Me han dicho que este sábado hay más fiestas de estas. Me llevaré la cámara.
Y hablando de éstas, una curiosidad. En abriendo un libro de los que edita el Cervantes, me topé con el que parecía el eslabón perdido entre Javier Cámara y Gon Posada. Helo aquí:
Cuando lo vi me lo flipé pero para bien. El mismo porte, la misma parca, la misma barba, la misma presencia...
Juzguen.
Yyy, yo qué sé, nada más.
Bueno, igual voy a dejar un vídeo de un cine verdaderamente lo que es superguay que vi en Amsterdam, el Pathé Tuschinski, y que olvidé colgar. Lo bonico es el edificio, lo que da penica es cuando me enteré de que en él almacenaban a los judíos durante la ocupación nazi, que esperaban a que los pasasen a buscar en camiones para llevarles puerta a puerta.
Dos fotos:
Una mala de la web...
Se ve su imponente fachada, muy de H.R. Giger, Tim Burton, y ese rollito así emo, dark, épico, ay que me suicido pero qué haces gilipollas con la cuchillita los padrastros... claro si no llevaras tanta sombra que no te deja ver...
Una mejor que le he mangado a un tunante bloggero...
Aguanta qué modernismo...
Y ahora, lo que es el vídeo:
Y ya.
Hala, adiós.
Hala, adiós.
miércoles, 13 de febrero de 2008
Día de mercado
Lo colocan en una plaza central los miércoles y sábados. Empiezan a eso de las 8h a recibir al público y termina a las 16h. Horarios europeos. Compras europeas.
Un puesto típico:
Lo normal es que en cada puesto tengan mucha cantidad de cosas de su género. Léase, en el puesto de quesos, tienen muchos quesos, en el de pescado, mucho pescado, en el de pan, como este, tienen muchos tipos de pan (aparte de muchos panes.)
Los precios son elevados, aproximadamente un 20% o 30% más que en Madrid...
Por ejemplo, hoy he comprado lo que es el kilo de tomates, lo que es el calabacín (aquí llamado courgette, en francés), lo que es una lechuga iceberg, la zanahoria, los pimientos (uno rojo. Otro verde), las bananas, en unidades de a cinco, el doble kilo de naranjas, y ya, por 10'20 €. Creo que en el Plus me sale más barato, ¿no? No sé. Esto sólo en el mercado de calle -que menuda maravilla, hasta el verdulero más gañonías te habla en inglés. Esto es un país, demoños-, porque en el Albert Hejn me han clavado otros 10'60 € entre una planta de albahaca de fin estético, el panis quo tidie, y tres cosas más. En total, que qué cara está esta vida holandesa, no me extraña que no coman, ni que la verdura la vendan por piezas, no por kilos, y que al embutido (super caro) le pongan el precio por cada cien gramos, y tampoco por kilo.
Y para rentabilizar el parné juvenil, pues me he compuesto un bodegón en la cocina, así, además de alimentar, el mandao me hace bonito. Y me entretiene, oye, que colocarlo con arte lleva su tiempo y tiene su qué:
Qué contraluz... No te lo pierdas.
Qué hermosura de compra. El cuerno de la abundancia. El maná. Qué frenesí.
...
En fin, tras este post banal-marujil ¿cómo termina todo?
En sopa.
Y como ya me la he tomado y esto sólo lo escribía mientras estaba el puchero chup-chup, chup-chup, me voy a ver el Especial Navidad de Extras.
Dejo caer unas fotos con tag "Varios Utrecht":
Oudegracht. El canal viejo.
Otro canal camino al Cervantes, de cuyo nombre no puedo acordarme.
Lo que es la Torre del Dom.
PD: Ya me pasé la pantalla chunguísima con la PSP. Hacía años que no daba tales saltos de fervor testosterónico, como Juampi cuando gana el Sevilla.
Un puesto típico:
Lo normal es que en cada puesto tengan mucha cantidad de cosas de su género. Léase, en el puesto de quesos, tienen muchos quesos, en el de pescado, mucho pescado, en el de pan, como este, tienen muchos tipos de pan (aparte de muchos panes.)
Los precios son elevados, aproximadamente un 20% o 30% más que en Madrid...
Por ejemplo, hoy he comprado lo que es el kilo de tomates, lo que es el calabacín (aquí llamado courgette, en francés), lo que es una lechuga iceberg, la zanahoria, los pimientos (uno rojo. Otro verde), las bananas, en unidades de a cinco, el doble kilo de naranjas, y ya, por 10'20 €. Creo que en el Plus me sale más barato, ¿no? No sé. Esto sólo en el mercado de calle -que menuda maravilla, hasta el verdulero más gañonías te habla en inglés. Esto es un país, demoños-, porque en el Albert Hejn me han clavado otros 10'60 € entre una planta de albahaca de fin estético, el panis quo tidie, y tres cosas más. En total, que qué cara está esta vida holandesa, no me extraña que no coman, ni que la verdura la vendan por piezas, no por kilos, y que al embutido (super caro) le pongan el precio por cada cien gramos, y tampoco por kilo.
Y para rentabilizar el parné juvenil, pues me he compuesto un bodegón en la cocina, así, además de alimentar, el mandao me hace bonito. Y me entretiene, oye, que colocarlo con arte lleva su tiempo y tiene su qué:
Qué contraluz... No te lo pierdas.
Qué hermosura de compra. El cuerno de la abundancia. El maná. Qué frenesí.
...
En fin, tras este post banal-marujil ¿cómo termina todo?
En sopa.
Y como ya me la he tomado y esto sólo lo escribía mientras estaba el puchero chup-chup, chup-chup, me voy a ver el Especial Navidad de Extras.
Dejo caer unas fotos con tag "Varios Utrecht":
Oudegracht. El canal viejo.
Otro canal camino al Cervantes, de cuyo nombre no puedo acordarme.
Lo que es la Torre del Dom.
PD: Ya me pasé la pantalla chunguísima con la PSP. Hacía años que no daba tales saltos de fervor testosterónico, como Juampi cuando gana el Sevilla.
domingo, 10 de febrero de 2008
10 días
Ya llevo diez días y al fin he puesto las cortinas. Es una chorrada, pero la habitación cambia por completo. Aunque entre los dibujines que me llevan, unas mariposas, y los cuatro pomelos que tengo puestos debajo para decorar, parece la habitación de Candy-Candy. De hecho las cortinas me las prestó Itziar y son de la habitación de cuando sus hijos eran bebés. A gusto.
Aunque tengo cama decente -del nivel de decencia de la habitación de Ana Frank-, mi cuello es un verdadero tronco, así que voy a tener que volver a entrenar para quitarme la oxidación. Ya estoy haciendo la búsqueda de grupo caspo-eiros aquí. A ver qué encuentro.
Mirad, una foto compuesta de mi habitación. Me había propuesto hacer un collage así, reluciente, pero me he cansado y lo he dejado a medias. -Si se pincha en las fotos se hacen grandes-
Quien quiera más imágenes, que me las pida y las hago ex profeso.
Le faltan las plantitas que a ver si compro. Entre la chimenea y la cama: un ficus. En la chimenea: bulbos. Y en la esquina tras la mesa: otro ficus o similar. Si tenéis ideas, pensáis que vuestro gusto es más refinado, u os pone el Ikebana, me decís.
Ayer hacía sol y me fui a Amsterdam. Me engañó el estereotipo de país nublado y no llevé las gafas de sol, así que las pase... El Barrio Rojo muy bonito, muy bien puesto, mucha clase. Fui al anochecer, y, aunque sabiendo lo que encontraría, lo cierto es que me removió ver a las... putas. Todo el mundo sabe cómo se muestran y tal, pero nunca las había visto, ni en foto, vídeo, etc -también porque no se las puede retratar, claro-, y aunque me lo habían explicado mil veces, me pilló desprevenido. Iba mirando la guía de viaje, levanté la vista para comprobar el nombre de la calle y ¡venga!, tómalo, tuyo es, mío no. Allí estaba la hetaria bañada de fucsia, con los dientes brillantes (para eso usaban la luz roja desde siempre, desde que Amsterdam es Amsterdam), con una sonrisa perenne, aguantada a penas, intentando que los hooligans se fijaran en ella. Un cromo. Paseé durante dos horas por el Wallen, repitiendo las calles, perdiéndome, observando a los turistas, a los ingleses groseros, los españoles fumadísimos y los franceses con narices hinchadas y mirada picada. Esterotipos, al fin, que se siguen repitiendo.
Por el día estuve recorriendo los canales, los nueve callejones, los museos (FanJoj... Van Gogh, la primera vez que lo oí no lo reocnocí...) alguna iglesia, y alguna okupa.
Éstas muy bonitas por fuera, muy cuidadas. La izquierda es vivienda y centro social, y aunque lleva más de diez años, y está intalgún problema ha habido con la poli, sobre todo por asuntos de drogas ilegales y yonkis trasnochados. Aún así, siguen funcionando tranquilamente.
La azul es sólo centro social. Ofrecen conciertos y otras actividades culturales, es más como nuestro Labo. Es la que más amenazas ha tenido de las autoridades.
Sin embargo, a pesar de estos encontronazos los problemas son mínimos. Toda Holanda se hace gala de la permisividad y apertura a lo diferente que han ido incluyendo en su forma de ser nacional. Un extraño binomio, el calvinismo y el libertinaje.
Los graffitis se los curran:
Y luego están los Coffeeshops. No entré en ninguno, pero sí en una tienda de hongos en la que te reciben con esto:
Y además de proveerte la toxina, también te da el antídoto de pre-resaca. De alguno que otro me acordé viendo estas capsulitas:
Total, que bien. Entre la novedad de visitar una ciudad desconocida, que es una leyenda en sí misma, y un café sucio -así llaman aquí a nuestro café con leche- con un appeltaart increíble, al final fue un paseo agradable. Si los pisos no estuvieran tan caros, me mudaba de Utrecht a esta ciudad. Aunque, hay que decirlo, toda Amsterdam huele a fritanga.
El 29 de este mes volveré con Pau a ver el concierto de Caribou en el Melkweg, que promete ser fetén.
Ya me he cansado de escribir, esto de hacer un blog es un trabajo autoimpuesto y un poco absurdo, la verdad, las siguientes entradas serán más breves...
Ahora no sé si seguir viendo Extras o intentar pasarme la pantalla del juego de la PSP en que me he quedado estancado. Me cago en la Inteligencia Artificial y en los Helgast con lanzacohetes...
Aunque tengo cama decente -del nivel de decencia de la habitación de Ana Frank-, mi cuello es un verdadero tronco, así que voy a tener que volver a entrenar para quitarme la oxidación. Ya estoy haciendo la búsqueda de grupo caspo-eiros aquí. A ver qué encuentro.
Mirad, una foto compuesta de mi habitación. Me había propuesto hacer un collage así, reluciente, pero me he cansado y lo he dejado a medias. -Si se pincha en las fotos se hacen grandes-
Quien quiera más imágenes, que me las pida y las hago ex profeso.
Le faltan las plantitas que a ver si compro. Entre la chimenea y la cama: un ficus. En la chimenea: bulbos. Y en la esquina tras la mesa: otro ficus o similar. Si tenéis ideas, pensáis que vuestro gusto es más refinado, u os pone el Ikebana, me decís.
Ayer hacía sol y me fui a Amsterdam. Me engañó el estereotipo de país nublado y no llevé las gafas de sol, así que las pase... El Barrio Rojo muy bonito, muy bien puesto, mucha clase. Fui al anochecer, y, aunque sabiendo lo que encontraría, lo cierto es que me removió ver a las... putas. Todo el mundo sabe cómo se muestran y tal, pero nunca las había visto, ni en foto, vídeo, etc -también porque no se las puede retratar, claro-, y aunque me lo habían explicado mil veces, me pilló desprevenido. Iba mirando la guía de viaje, levanté la vista para comprobar el nombre de la calle y ¡venga!, tómalo, tuyo es, mío no. Allí estaba la hetaria bañada de fucsia, con los dientes brillantes (para eso usaban la luz roja desde siempre, desde que Amsterdam es Amsterdam), con una sonrisa perenne, aguantada a penas, intentando que los hooligans se fijaran en ella. Un cromo. Paseé durante dos horas por el Wallen, repitiendo las calles, perdiéndome, observando a los turistas, a los ingleses groseros, los españoles fumadísimos y los franceses con narices hinchadas y mirada picada. Esterotipos, al fin, que se siguen repitiendo.
Por el día estuve recorriendo los canales, los nueve callejones, los museos (FanJoj... Van Gogh, la primera vez que lo oí no lo reocnocí...) alguna iglesia, y alguna okupa.
Éstas muy bonitas por fuera, muy cuidadas. La izquierda es vivienda y centro social, y aunque lleva más de diez años, y está intalgún problema ha habido con la poli, sobre todo por asuntos de drogas ilegales y yonkis trasnochados. Aún así, siguen funcionando tranquilamente.
La azul es sólo centro social. Ofrecen conciertos y otras actividades culturales, es más como nuestro Labo. Es la que más amenazas ha tenido de las autoridades.
Sin embargo, a pesar de estos encontronazos los problemas son mínimos. Toda Holanda se hace gala de la permisividad y apertura a lo diferente que han ido incluyendo en su forma de ser nacional. Un extraño binomio, el calvinismo y el libertinaje.
Los graffitis se los curran:
Y luego están los Coffeeshops. No entré en ninguno, pero sí en una tienda de hongos en la que te reciben con esto:
Y además de proveerte la toxina, también te da el antídoto de pre-resaca. De alguno que otro me acordé viendo estas capsulitas:
Total, que bien. Entre la novedad de visitar una ciudad desconocida, que es una leyenda en sí misma, y un café sucio -así llaman aquí a nuestro café con leche- con un appeltaart increíble, al final fue un paseo agradable. Si los pisos no estuvieran tan caros, me mudaba de Utrecht a esta ciudad. Aunque, hay que decirlo, toda Amsterdam huele a fritanga.
El 29 de este mes volveré con Pau a ver el concierto de Caribou en el Melkweg, que promete ser fetén.
Ya me he cansado de escribir, esto de hacer un blog es un trabajo autoimpuesto y un poco absurdo, la verdad, las siguientes entradas serán más breves...
Ahora no sé si seguir viendo Extras o intentar pasarme la pantalla del juego de la PSP en que me he quedado estancado. Me cago en la Inteligencia Artificial y en los Helgast con lanzacohetes...
viernes, 8 de febrero de 2008
Semana Uno
Llegué hace justo una semana.
Casa:
Vivo en Otterstraat 68, a 15 min a pie, y 4 min en bici, del centro.
Es una casa baja -mi habitación está a nivel calle-, barata y normal, pero un chollo para el mercado de la ciudad. Desgraciadamente nos echan el 31 de Mayo, si no antes... Así funcionan los alquileres aquí: a veces coges algo sólo para dos, tres meses, a veces para uno, y así la gente es lo que son caracoles.
Desde que llegué sobre todo me he ocupado de ir amueblando la habitación, proceso que aún no ha finalizado, y, por dormir aún en un saco, en un colchón en el suelo, mi contractura cervical se ha desarrollado a gusto. A gusto.
(Actualización: hoy por la tarde al fin he conseguido una cama. Es más o menos como el modelo más moderno en el que debió dormir Lutero, pero espero poder hacer pronto un Reforma -notch, notch-.)
Como no tengo lámparas me compré unas velas, y como he de poner muchas para poder ver algo, cuando las apago se forma una niebla densa y huele peste... Así que a veces ni las enciendo y me pongo un frontal.
No tengo cortinas. Una peculiaridad holandesa es hacer de tu salón o habitación un escaparate: grandes ventanales sin rejas dejan ver cómo vive la gente en el interior, y aunque tengan con qué taparlos tampoco lo hacen. Lo de las rejas es de traca, porque a yonkis y homólogos les gusta a veces entrar en las casas de pillaje, y sin embargo el rollito seguridad-del-hogar no se estila. Claro que aquí tampoco es que haya mafias del Este semi-pros, ni tentadores ventrílocuos ricos... Dicen que esa transparencia es herencia protestante, el no ocultar nada y dejar ver honestamente la vida de cada cual. Como yo no soy protestante y hago gimnasia desnudo a todas horas he colgado una sábana de IKEA en una cuerda de la ropa clavada al marco del ventanal. A gusto.
Como se puede ver, en general, bien.
Luego está mi compañero de piso, Tobías, un alemán que vino a estudiar guitarra de Jazz al Conservatorio y se quedó. Es majo y me ha ayudado mucho, pero por ahora considero que tiene un limonazo dado. Sin embargo, como digo, es majo. Ayer me dijo que le han diagnosticado depresión. El pobre... Como come fatal -en Holanda no computan el concepto gastronomía- a veces le doy de mis víveres y le aconsejo sobre la combinación óptima de ingredientes. No come carne, así que cuando ya gane para chuletones, mejor, tó pa mí.
Compra:
Hilando el tema -qué sutilidad-, los supermercados son caros. Albert Hejn, Super de Boer... Me he gastado 70 euros en la compra de la semana. Las materias son de buena calidad no obstante (a ese precio, no te jode...), el pan es variado, los dulces son increíbles, el jamónyol está por la nubes, la verdura la venden por piezas, y no por kilos, y estoy en esa fase de la inmigración en la que por desconocer el idioma compras algo pensando que es otra cosa, por ejemplo, kefir en lugar de leche, margarina gayer en lugar de mantequilla, tampones en lugar de morcilla... (No, esto útimo no, es un homenaje a María Cañas) Y como eres pobre, te lo tienes que comer. A gusto.Casa:
Vivo en Otterstraat 68, a 15 min a pie, y 4 min en bici, del centro.
Es una casa baja -mi habitación está a nivel calle-, barata y normal, pero un chollo para el mercado de la ciudad. Desgraciadamente nos echan el 31 de Mayo, si no antes... Así funcionan los alquileres aquí: a veces coges algo sólo para dos, tres meses, a veces para uno, y así la gente es lo que son caracoles.
Desde que llegué sobre todo me he ocupado de ir amueblando la habitación, proceso que aún no ha finalizado, y, por dormir aún en un saco, en un colchón en el suelo, mi contractura cervical se ha desarrollado a gusto. A gusto.
(Actualización: hoy por la tarde al fin he conseguido una cama. Es más o menos como el modelo más moderno en el que debió dormir Lutero, pero espero poder hacer pronto un Reforma -notch, notch-.)
Como no tengo lámparas me compré unas velas, y como he de poner muchas para poder ver algo, cuando las apago se forma una niebla densa y huele peste... Así que a veces ni las enciendo y me pongo un frontal.
No tengo cortinas. Una peculiaridad holandesa es hacer de tu salón o habitación un escaparate: grandes ventanales sin rejas dejan ver cómo vive la gente en el interior, y aunque tengan con qué taparlos tampoco lo hacen. Lo de las rejas es de traca, porque a yonkis y homólogos les gusta a veces entrar en las casas de pillaje, y sin embargo el rollito seguridad-del-hogar no se estila. Claro que aquí tampoco es que haya mafias del Este semi-pros, ni tentadores ventrílocuos ricos... Dicen que esa transparencia es herencia protestante, el no ocultar nada y dejar ver honestamente la vida de cada cual. Como yo no soy protestante y hago gimnasia desnudo a todas horas he colgado una sábana de IKEA en una cuerda de la ropa clavada al marco del ventanal. A gusto.
Como se puede ver, en general, bien.
Luego está mi compañero de piso, Tobías, un alemán que vino a estudiar guitarra de Jazz al Conservatorio y se quedó. Es majo y me ha ayudado mucho, pero por ahora considero que tiene un limonazo dado. Sin embargo, como digo, es majo. Ayer me dijo que le han diagnosticado depresión. El pobre... Como come fatal -en Holanda no computan el concepto gastronomía- a veces le doy de mis víveres y le aconsejo sobre la combinación óptima de ingredientes. No come carne, así que cuando ya gane para chuletones, mejor, tó pa mí.
Compra:
Idioma:
No tengo ni papa. Tiene cosas del inglés y del alemán. Dicen que cuando estás un añito estudiándolo y ya pillas todas las similitudes con el inglés, entonces van y aparecen las del alemán, y ahí te caes de espaldas. Sin embargo, como me gustan los lenguajes y tengo un CI decente, acabaré por chapurrearlo sin ir a clases; por ejemplo ya sé decir entre otras cosas Room (mantequilla), Borrel (ágape), Roken (fumar), Jonki (yonki) y Fitz (bicicleta) -no necesariamente por ese orden.-
Transporte:
Encabalgo y hablo de mi bici. Me la ha prestado el Sr. Administrador del Cervantes; es típica holandesa, grande, con tres marchas, y dos ruedas, también grandes. Ya soy un bólido, pero también gusto de quitarme la gorra al pasar para saludar. Lo hago, en serio. Traquetea tela porque los suelos de la ciudad son empedrados, y porque creo que la suspensión neumática fue abolida por la sharia luterana en 1566, a pesar de los esfuerzos de Carlos V por asfaltar los caminos, caso éste que fue el primer motor del cisma España-Holanda en 1568 y provocó que su niño Felipe II perdiese el terruño.Curro:
El trabajo en el Cervantes, bien, gestión estándar. Itziar, la responsable de cultura, mi jefa, es una persona sindicalista y estupenda, está casada con un holandés friso y tiene tres hijos encantadores y rubios; me está ayudando mucho y me ha dejado la mitad de los escasos muebles de mi habitación. Ella, la directora y el Sr. Administrador, que son la tríada que pincha y corta, están notando que sé algo de ordenadores, diseño y toa la pejca, y se les ha hecho el culo pesicola: quieren que sea su webmaster y han depositado en mí sus esperanzas. Creen que soy alguien.
Porros:
Vengan unos vídeos de mi lozanía al pedal:Porros:
Pues aún no he ido de porros, más que nada porque no tengo con quien: como ya he dicho mi flat-mate es un pequeño friqui y con lo de la depresión pues como que igual se da un viaje de White Widow y le da por tirarse al canal, morir empalado por alguna bici submarina de las que tiran los yonkis cuando les pillan, y me quedo yo widow de flat-mate.
Luego también conocí una panda de estudiantes del Conservatorio recienveinteañeros, pero están en plan Erasmus 1.0, rollo "ay, lo siento, tío, no puedes venir a la fiesta en el bar español porque es privada". Éstos sí fuman porros, pero como ya he intentado quedar un par de veces con ellos y nunca ha podido ser, pues que paso de llamarles. Soy un chungo.
Luego también conocí una panda de estudiantes del Conservatorio recienveinteañeros, pero están en plan Erasmus 1.0, rollo "ay, lo siento, tío, no puedes venir a la fiesta en el bar español porque es privada". Éstos sí fuman porros, pero como ya he intentado quedar un par de veces con ellos y nunca ha podido ser, pues que paso de llamarles. Soy un chungo.
El molino. Al lado de casa.
El Cervantes y la Torre Dom.
Campanicas del Dom.
Mañana me voy al mercado a por unas plantas -aunque suene gayofi, el mercado de las flores aquí es una delicia, con todos esos bulbos...- y luego a Amsterdam a ver eso del libertinaje del que tanto hablan los amigos que vinieron a hacer narcoturismo con banderas de Jamaica.
Ya me he cansado un poco de escribir y eso, voy a verme el nuevo capitulo de Lost. -Por cierto, Ibralim, que ya me he bajado yo solíco todo Extras y estoy acabándola. Genial.-
Echo de menos Madrid y a mi novia.
Hasta la próxima.
ep
PD: por si lo de "Erasmus 3.0" necesita aclaración, es por a) la edad con que afronto esta etapa, más propia de los veinte que de los treinta, y b) es como un anda que ya me vale meterme en este embolao a mis años...
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